Hace tiempo que tengo ese feo vicio de imaginarte en mi cabeza si me siento mal. Te imagino sonriendo, mirándome a los ojos, con ese brillo tan característico de tu ser.
No puedo evitar fijarme en tus mofletes, esos que me volvieron loca en cuanto los probé. Y en tu barba, me fijo en tu desordenada barba y recuerdo lo que me relaja tocarla. Ya sabes... esa manía que me caracteriza desde que nací.
Eres una droga para mí. Me relajas, me calmas.
Me encanta soñarte e imaginarte, pero prefiero esos días en los que puedo tocarte, morderte, besarte.
A veces pienso que no sería capaz de volver a soportarlo. No ha sido nada fácil llegar hasta aquí. Cada día se me hace más difícil la distancia, pero no es suficiente para separarme de ti. Supongo que fuiste la apuesta de mi vida y ¿sabes qué? volvería a apostar por ti. Porque me haces feliz.
A veces pienso que no sería capaz de volver a soportarlo. No ha sido nada fácil llegar hasta aquí. Cada día se me hace más difícil la distancia, pero no es suficiente para separarme de ti. Supongo que fuiste la apuesta de mi vida y ¿sabes qué? volvería a apostar por ti. Porque me haces feliz.
Nunca pensé que esto pudiera existir, no pensé que alguien podría aportarme tanto. Porque sabes que eres todo para mí.
Solo tu has sido capaz de tirar todas mis barreras, solo tu has tenido el valor de estar siempre ahí para mí. Solo tu has cumplido siempre tus promesas. Sólo tu eres capaz de hacerme sentir.
Felicidades por cada día, cada hora, cada mínuto y cada segundo, porque nuestro amor no entiende de distancia, ni de tiempo... gracias a ti, todos y cada uno de mis días son felices y especiales a tu lado.
Te amo pequeño.
Porque cualquier día normal me vale, para recordarte que te amo.
SIEMPRE.